15 de enero de 2011

HISTORIA DE LA HISTORIA

... Y todo comienza. Una cándida luz baña el paisaje. Un estruendo ensordecedor.

Y todo se mueve, y existe, y se puede percibir. Una aglomeración de diminutas partículas escogen distintos caminos. Van sin rumbo, nerviosas, alocadas.

Y todo crece y crece sin aparente descanso.
Poco a poco, la calma... Ahora es dueña de los lugares donde han dejado su límpida estela aquellas inquietas partículas, que hacen de la nada el todo.

Y todo se reúne y se agrupa. Y adquiere forma. La belleza existe, ¡cuán hermosa es!
Pero se mueve... Se pasa de la acumulación al aislamiento. Los brillantes caminos que hay en el firmamento se separan entre sí cual jóvenes riachuelos.

Y todo sigue.
Uno de ellos tiene una mágica atracción.
Hay algo, y es rojo, y diminuto, y redondo, y brillante... y se vuelve azul... Da una sensación de humedad fresca y cristalina.

¡Oh! ¡Qué maravilla! Aquí y ahora, la belleza adquiere nombre propio: aparece la vida.
La vida... El movimiento, la gracia, la pasión, el sentir, la libertad, el vivir...
Y la vida nace; y la vida crece. La armonía reina el ambiente.
El color se une a la belleza y forma un todo extasiante, sensual y perfecto.

Y la vida se reproduce y todo guarda su equilibrio y mesura.
Extraños seres habitan la masa azul.

Y la vida se extiende... es una plaga... ¡la vida es una enfermedad de transmisión sexual!
Toma tierra. Aparecen seres que necesitan más y más.
Llega la independencia.
Toda la preciosa bola azul está llena de vida, llena de distintos seres.
Algunos se arrastran.
Otros vuelan.
Otros están cubiertos de pelo.

Durante mucho la vida disfruta en consonancia con el paraíso donde se originó.
Y todo sigue su curso con armonía.

De pronto, la catástrofe. Algo terrorífico salido de las tinieblas; algo que se mueve; ¡algo que piensa!
El hombre. La calamidad. Un cúmulo de despropósitos y equivocaciones en cadena que se amontonan hasta el infinito.
El hombre le pierde el respeto a la vida y hace enfermar a la bola azul.

Y la bola azul ya no es azul.
Y la vida muere.
Y la belleza pierde su fastuoso colorido.
Y todo sigue su monótono deambular...

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