28 de febrero de 2006

TIEMPOS DUROS PARA EL IDEALISMO

Son unos tiempos duros, sí. Más duros aún en la excelsa ciudad de Sevilla, hoguera de las vanidades y cuna del topicazo.
Son tiempos duros para el que escucha proclamas xenófobas y racistas a diario, para el que muy a su pesar compra el ABC en busca de sexo con asiáticas y le da por leer cualquier artículo de opinión, para el que palpa la ignorancia colectiva, para el que observa la opulencia y la miseria a dos barrios vista...

Habrá gente que no lo crea, habrá gente que no se pare a comprobarlo, pero la tierra prometida existe y no os hablo de una tierra en la que se criaron falsos mitos que se institucionalizaron a ojos de la gente en forma de idiotizantes religiones. Nada de eso, la tierra prometida trata bien a los gitanos y no tiene prejuicios con los forasteros, en la tierra prometida no hay inseguridad ni delincuencia, hay un elevado nivel cultural y una impresionante creatividad latente. En esta tierra, la religión y el fanatismo están desterrados de por vida. Os hablo de La Rambla, oasis de la campiña, crisol de sensibilidades, cuna de la Andalucía profunda y auténtica, bastión del beticismo cordobés y lugar de descanso de los dioses (si los dioses existieran).

Son tiempos duros para el idealismo, sí, pero lo son menos si se forma parte del cielo en la tierra (si el cielo existiera).

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